Home » Textos Maior » Permitir que nuestro mundo se trastoque
  • Permitir que nuestro mundo se trastoque

    «¡Qué fácil nos resulta en tiempo de bonanza, volvernos dependientes de nuestras rutinas, del orden establecido en nuestra existencia cotidiana, y dejarnos llevar! Empezamos a no dar valor a las cosas, a confiar en nosotros y en nuestros propios recursos, a “instalarnos” en este mundo y a buscar en él nuestro punto de apoyo. Todos tendemos demasiado fácilmente a asociar nuestra satisfacción con un sentimiento de bienestar, a buscarla únicamente en nuestra comodidad. Estamos rodeados de amigos y de cosas, a un día le sucede otro y gozamos de cierta salud y felicidad. No hay que desear mucho las cosas de este mundo –estar enamorado de las riquezas, por ejemplo, o ser codiciosos o avaro– para lograr esa sensación de comodidad y de bienestar, para sustentarnos y confiar en ellas… y obviar a Dios. Es el statu quo de lo que dependemos, lo que nos hace pasar los días, y en cierto modo perdemos de vista que, por debajo y detrás de todo eso, está Dios, que nos mantiene y nos sostiene. Continuamos adelante dando por hecho que el día de mañana será exactamente igual que el de hoy: un mañana cómodo en el mundo que nos hemos creado, un mañana seguro dentro del orden establecido en el que hemos aprendido a vivir; por imperfecto que sea […]

    Entonces Dios tiene que buscar algún modo de acabar con nuestras rutinas y volver a recordarnos, como a Israel, que sólo dependemos de Él […].

    Quizá tenga que permitir que nuestro mundo se trastoque para recordarnos que no es nuestra morada permanente ni nuestro destino final; para devolvernos la sensatez y restaurar nuestros valores; para que, una vez más, dirijamos nuestros pensamientos hacia Él, incluso aunque esos pensamientos al principio sean confusos y estén cargados de reproches. Quizá tenga que recordarnos con tremenda claridad que eso es exactamente lo que quería decirnos con esas palabras aparentemente tan simples: “No estéis preocupados por vuestra vida: qué vais a comer, qué vais a vestir: Buscad el Reino de Dios y su justicia, y todo esto se os dará por añadidura”».

    Walter J. Ciszek, Caminando por valles oscuros. Memorias de un jesuita en el Gulag, Ed. Palabra, p. 46.

Uso de cookies

El sitio web www.maior.es utiliza cookies propias y de terceros para recopilar información que ayuda a optimizar su experiencia de usuario. No se utilizan las cookies para recoger información de carácter personal. Encontrará más información en nuestra Política de cookies, pinche el enlace para más información.

ACEPTAR
Aviso de cookies