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  • Poco importaba que no lo supieran nunca

    «Nunca un ejército tan grande había partido de ese valle desde los días del esplendor de Isildur; ningún enemigo tan cruel y tan fuertemente armado había atacado aún los vados del Anduin; y sin embargo no era más que un ejército, y no el mayor, de las huestes de Mordor.

    Frodo se sacudió. Y de pronto volvió el corazón a Faramir. ‒La tormenta ha estallado ‒se dijo—. Este enorme despliegue de lanzas y de espadas va hacia Osgiliath. […] Y a este ejército le seguirán otros. He venido tarde. Todo está perdido. Me he demorado demasiado. Y aún cuando llegase a cumplir mi misión, nadie lo sabría. No habría nadie a quien pueda contárselo. Será inútil. —Débil y abatido, Frodo se echó a llorar. Y mientras tanto, los ejércitos de Mordor seguían cruzando el puente.

    De pronto, lejana y remota, como surgida de los recuerdos de la Comarca, iluminada por el primer sol de la mañana, mientras el día despertaba y las puertas se abrían, oyó la voz de Sam: —¡Despierte, señor Frodo! ¡Despierte! —Si la voz hubiese agregado: «Tiene el desayuno servido» poco le habría extrañado. […] —¡Despierte, señor Frodo! Ellos se han marchado, y lo mejor será que también nosotros nos alejemos de aquí. […]

    Frodo levantó la cabeza, y luego se incorporó. […] ya no estaba tan débil. Hasta sonrió con cierta ironía, sintiendo ahora tan claramente como un momento antes había sentido lo contrario, que lo que tenía que hacer, tenía que hacerlo, si podía, y poco importaba que Faramir o Aragorn o Elrond o Galadriel o Gandalf o cualquier otro no lo supieran nunca. Tomó el bastón con una mano y el frasco de cristal con la otra. Cuando vio que la luz clara le brotaba entre los dedos, lo volvió a guardar junto al pecho y lo estrechó contra el corazón.

    Luego, volviendo la espalda a la ciudad de Morgul, que ahora no era más que un resplandor trémulo y gris en la otra orilla de un abismo de sombras, se dispuso a ir camino arriba».

    J. R. R. Tolkien, El Señor de los anillos: Las dos torres, 2007, 363.

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