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Textos de Henri de Lubac
«Cada época tiene sus herejías. En cada época se renueva también el principio de los asaltos a la fe. […] Nunca se prometió a los cristianos llegar a ser los más numerosos (más bien, se les anunció lo contrario). Tampoco se les dijo que fueran a parecer siempre los más fuertes y que los hombres nunca se dejarían ganar por otro ideal que no fuera el suyo. Pero, en todo caso, el cristianismo sólo será verdaderamente eficaz por la fuerza de su espíritu hoy, por la fuerza de la caridad».
«A veces los mejores de entre nuestros críticos aprecian [el cristianismo] mejor que nosotros. No le reprochan sus supuestas debilidades: nos reprochan que no aprovechemos su fuerza. ¿Seremos capaces de entender la lección? Señor, si el mundo está seducido por tantas trampas, si hoy hay un retorno tan ofensivo del paganismo, es porque hemos dejado que la sal de vuestra doctrina se vuelva rancia. Señor, hoy como en el pasado y en todos los tiempos, no hay salvación sino en Vos, y ¿quiénes somos nosotros para atrevernos a discutir o revisar vuestras enseñanzas? Señor, guárdanos de tal engaño, y devuélvenos, si es necesario, no sólo una fe sumisa, sino la estima ardiente y concreta de tu Evangelio».
«Resistir con todo coraje, frente al mundo y tal vez contra uno mismo, las seducciones de un falso ideal, para mantener con orgullo, en su paradójica intransigencia, los valores cristianos amenazados y despreciados. […] La mansedumbre y la bondad, la delicadeza hacia los pequeños, la piedad –sí, la piedad– para con los que sufren, el rechazo de los medios perversos, la defensa de los oprimidos, la devoción oculta, la resistencia a la mentira, la valentía de llamar al mal por su nombre, el espíritu de paz y de concordia, la apertura del corazón, el pensamiento del cielo».
Textos de Henri de Lubac referenciados en la ponencia “Método y temas de una gran teología” de Samuel Sueiro, en el XVIII Encuentro FCSM.
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